mercredi, octobre 21, 2009

Carta a Ofelia


Querida Ofelia,

Es una locura pensar que nos conocemos por más de cinco años, por lo menos para mí lo es. Recuerdo el día que cruzamos palabra, fue muy gracioso, estabas con Isabel y tú necesitabas dinero para comprar algo, no recuerdo qué, yo te lo presté, tú me decías que no me preocupará – claramente lo decías porque no nos conocíamos – y yo insistí hasta que aceptaste las monedas que te di. Ya luego nos fuimos conociendo más, considerando que el tener clases juntos el semestre siguiente también ayudó mucho.

Esos primeros años en la universidad fueron curiosos. Fue el tiempo de aceptación personal, de nuevas experiencias (qué trillado suena todo esto mas tú y yo sabemos que es la verdad) y de formar lazos personales.

¿Recuerdas el día que traté de decirte que soy gay? Qué chiste o qué chongo como dirías tú. Se me ocurrió hacer esta suerte de comparación entre Will and Grace porque ambos, tú y yo, somos fanáticos de las comedias gringas pero igual no captabas nada, por largo tiempo, largo. Ahora no logro recordar cómo descifraste todo, sólo importaba que lo entendieras y felizmente lo aceptaste de la manera que debía ser. No te lo había dicho antes pero en serio me moría de miedo de tu reacción porque tu amistad me importaba mucho, y la incertidumbre ante lo desconocido puede jugar con nuestras mentes de una manera muy fea.

Me has ayudado tanto en estos años, en muchos sentidos realmente. Si decidí escribirte ahora y no llamarte por teléfono para contarte por lo que estoy pasando es porque estoy que me cago de miedo en estos momentos; estoy hecho un lío con muchas cosas, ya no me siento cómodo en este lugar, con tantos problemas estúpidos y gente ignorante y sumisa que ante la mínima diferencia o sigue la corriente o se auto-engaña. Aparte me ha tocado pasar por ciertas situaciones muy incómodas y desagradables después de estar tan bien en México, eso también ha acrecentado este sentimiento de otredad, lejanía y tristeza – me gustaría escribir esas situaciones incómodas pero realmente no las puedo contar así, no se las he podido contar a nadie porque hacen que me sienta mal y me causa rabia.

Quizá suene ridículo todo esto pero a mí me está afectando mucho, ya no aguanto nada y estoy a punto de explotar, por eso no he salido de mi casa desde el viernes, no he podido salir a esta charada de mundo. Mañana tengo que ir a clases de todas maneras y pedir unos documentos que necesito para comenzar el trámite de visa y admisión a La Cambre.

Tú sabes que te quiero mucho, y yo sé también que tú me quieres; siempre has estado ahí cuando te he necesitado, cuando me hacía falta reír, llorar, maquetear, jugar o simplemente vagar.

No quiero sonar más trágico pero las lágrimas están amenazando con aparecer y no creo que eso me ayude ahora.

Sólo quiero hacerte presente que siempre seremos amigos, te considero una de mis mejores amigas y sé que en ti puedo contar tanto en las buenas como en las malas. Espero entiendas mi locura y, por qué no, mi prepotencia ante este tipo de situaciones.

Te quiero mucho Ofe Ofe,

Miguel Ángel


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