dimanche, octobre 18, 2009

Carta a Ana


Anilla,

Compañera de piso, de viaje, de aventuras, de noches de impro, de pequeñas discusiones, de copas, también de pequeñas discusiones, como tú me dijiste una vez: enemigos íntimos. Pero, mujer, debemos admitir que el término enemigos quizá no es el correcto para describirnos – por lo menos espero no sea ese.

No imaginas lo mucho que te extraño, te lo digo en serio. Georges Brassens me recuerda a ti, ahora cada vez que leo también me acuerdo de ti e incluso cuando veo algún tío simpático imagino un posible comentario curioso tuyo. Siempre nos quedará París ¿no? O en nuestro caso México DF.

Ahora recién comprendo por qué dicen que el recordar es vivir de nuevo; vengo de una pequeña excursión por el Caralibro (Facebook en términos Anianos) y lo primero que me puse a ver fue nuestras fotos en el último viaje de mochila por la Península Yucateca – en el que me molesté con ustedes y que me arrepiento de haberlo hecho, créeme, pero el tiempo hace que los momentos de molestia sin sentido se evaporen y sólo queden los momentos de diversión, locura, Celestún :) y comida mexicana.

Ma chère amie, coloc, ma sœur espagnole, il faut qu’on se rencontre, on a beaucoup de choses à se dire, de sentiments à extérioriser et d’expériences à partager. Mon amour pour le français a grandi grâce à toi et même pour la littérature. Tu sais, je ne sais plus si étudier le paysage en France ou la littérature en Espagne, ça j’aimerais aussi. Des choix, toujours des choix.

Volviendo a tierras limeñas; la vida en el sur del continente americano va bien supongo, normal en realidad – mi “normal” – una mezcla de tristeza, ausencia y otredad increíble. Sentirme muy bien ha sido desgraciadamente imposible en estos tres meses en Lima, me he sentido bien, feliz, contento, agradecido, pícaro, gracioso mas no precisamente supermegafeliz (por no decir supermegaguay). La otredad es lo peor, créeme que no me ubico aún por completo; ahora recuerdo al señor Urquieta cuando me decía que ya no me sentía como peruano o mexicano o lo que fuese pero como ciudadano del mundo – que en realidad es un gran cumplido en un sentido general aunque no en el que yo quisiera, por lo menos por ahora.

Ana, nos tenemos que ver pronto, por favor, tomar una buena copa de vino tinto y simplemente hablar de lo que nos sucedió en el día (junto a Rocío también obvio). Me gustaría decirte cuándo estaré por Europa pero todo aún es incierto, no porque yo lo quiera sino porque el “gran profesor” belga, M. Coulange, aún no ha concretizado nada con La Cambre, a donde iría a cursar un par de materias y luego buscar las prácticas. Realmente espero todo vaya bien ahora, todo tiene que tener fecha antes de diciembre sino me volveré loco.

Esta vida es tan corta y hay tanto por hacer, tanto, que la impaciencia me gana y se apodera de mí por completo. Las clases ahora las llevo porque son las últimas pero no me siento motivado, en absoluto.

Anita, pronto tendré noticias tuyas ¿no? Que me hacen falta mujer. Espero todo vaya bien en Murcia, con la escuela, con tu familia, con tus amigos y con los que llegarán.

Te quiero mucho, te mando muchos, muchos abracitos y besos. Guapa.

Miguel Ángel


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