Enero 2, 2010
Y un día más en Arequipa, tierra de contrastes.
Hoy me levanté a las 6h00, dije ya no más caminatas, quiero vivir el subir casi 2,00 metros en mula - algo que a primera vista prometía ser muy divertido. A las finales el subir en mula de regreso hasta Cabanaconde fue un poco de miedo; al animalillo se le ocurre siempre caminar por el borde del abismo y para colmo mi mula era medio peleona, tanto así que el resto de las mulas la detestaban y hasta el arriero no paraba de pegarle a la pobre. Pero como experiencia fue muy buena - más allá del pánico que me causaba el subir en una mula descarriada.
Ya en el pueblo desayunamos y pudimos caminar un poco; estos pueblitos siempre tiene una esencia bastante particular.
Poco después llegó la hora del regreso a la ciudad ade Arequipa, haciendo un recorrido estupendo por el Valle del Colca y la Reserva Nacional Aguada Blanca y Salinas.
Nuestra primera parada oficial fue en el mirador Antahuilque, desde donde se puede ver el pueblo de Madrigal; luego nos dirigimos al poblado de Maca para ver su iglesia, y después paramos en Chivay para comer algo y seguir nuestro rumbo.
Tras una comida muy poco apetecible - y por la que para mi disgusto tuve que pagar 20 soles - Marcela y yo nos quedamos una hora en Chivay para tomar fotos. El mercado central fue toda una experiencia, pude ver cómo venden la carne de alpaca, que tiene un olor bastante fuerte; y compré caramelos de coca: Coca Candy - son lo máximo.
Ya luego, en el camino, tuvimos la suerte que comenzara a nevar en Patapampa - 4,910 msnm. Bajamos un rato y el frío se volvió insoportable mas las vistas y el aire puro que se respira ahí compensaron la tembladera.
Y para finalizar, lo mejor: ¡Alpaca time! qué mejor manera de dejar atrás estos 3 días de aventura colqueña que caminar entre alpacas, genial.
Oficialmente adoro el Colca.
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