Enero 1, 2010
Un día en Sangalle es vivir rodeado de mosquitos pero una vez que logres olvidarlos el paisaje se apodera de uno y no hay más que relajarse y esperar el atardecer - justamente los que estoy haciendo ahora. El primer día del nuevo año tuvo un comienzo espectacular; hacía calorcito, había un poco de viento y el camino hacia Sangalle no se veía tan extenuante como el del día anterior. Aunque al final el recorrido fue igual o un poco más árduo que el del 31 - lo que mató esas esperanzas de tener un descenso tranquilo - otra vez el logro de llegar al final del camino valió la pena.
Este primer día del 2010 quedará como uno de los mejores en mi vida, el día que vencí mi temor de resbalarme al vacío - bueno, no vencido totalmente pero por lo menos superado en el momento que debía serlo.
¡Bienvenido 2010! mi año de logros.
Un día en Sangalle es vivir rodeado de mosquitos pero una vez que logres olvidarlos el paisaje se apodera de uno y no hay más que relajarse y esperar el atardecer - justamente los que estoy haciendo ahora. El primer día del nuevo año tuvo un comienzo espectacular; hacía calorcito, había un poco de viento y el camino hacia Sangalle no se veía tan extenuante como el del día anterior. Aunque al final el recorrido fue igual o un poco más árduo que el del 31 - lo que mató esas esperanzas de tener un descenso tranquilo - otra vez el logro de llegar al final del camino valió la pena.
Este primer día del 2010 quedará como uno de los mejores en mi vida, el día que vencí mi temor de resbalarme al vacío - bueno, no vencido totalmente pero por lo menos superado en el momento que debía serlo.
¡Bienvenido 2010! mi año de logros.
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