Diciembre 31, 2009
Aún no son las 0h00, falta un poco más de una hora para que este año - tan extraño, genial, impredecible, afortunado y surrealista - llegue a su fin. Me siento tan extraño ahora, una mezcla de miedo, felicidad, anhelo y logro, totalmente invadido de emociones.
El 2010; lo espero con muchas ganas. Sueño con que sea mucho mejor que este año tan bueno conmigo. Y ese es justamente mi temor: que no supere al 2009. Pero por lo menos este nuevo ciclo en mi vida comenzará con un ¡bang!
Este 31 empezó muy temprano: a las 3h00; a eso de las 4h00 llegaron a recogerme para emprender la aventura en el Cañón del Colca. Y oh sorpresa, esta noche vieja la pasaré con el guía, Víctor, y otra aventurera peruana, Marcela - fotógrafa por afición. Hasta ahora este día ha sido extraordinario, desde ver a un par de cóndores volando hasta haber descendido 1,100 metros - el trekking de hoy comenzó en Cabanaconde; 3,200 msnm y terminó en San Juan de Chucchos; 2,300 msnm - en 8 km de recorrido que por tramos fue insoportable, resbaloso y empinado.
Aún sigo cansado, mi lapicero amenaza con quedarse sin tinta y Marcela está durmiendo a mi lado porque el guía Víctor y Don Cooper - el dueño de las cabañas donde dormiremos hoy - decidieron entretenernos contándonos historias verdaderas, o sea, mitología andina local; y la pobre Marce está que se muere de miedo.
Adiós 2009, me diste mucho, me enseñaste mucho, también me hiciste molestar un buen de ocasiones pero en total todo fue para bien. Te despido desde el Cañón del Colca y sabes que siempre te tendré presente. Adiós.
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