Enero 17, 2010
Dejé atrás Uyuni, con mucha tristeza mas tenía que continuar la ruta - ya tengo pasaje Arequipa-Lima para el jueves 21 en la tarde.
El viaje en tren hacia Oruro, toda una experiencia. Primero, tuvo una demora de casi 2 horas. Segundo, mientras que conectaban los vagones, otra hora más o menos. Y tercero, los vagones no tuvieron luz hasta el preciso momento de salir. Pero más allá de todo esto, apenas amanece, el paisaje es impresionante; sobretodo cuando el tren pasa sobre los cultivos, que justo en esta temporada se llenan de agua - es como pasar sobre un gran espejo de agua.
Al llegar a Oruro tenía la idea de ir al doble museo: Sacro, Folklórico, Arqueológico y Minero, pero no tenía cambio de un billete de 200.00 Bls - e increíblemente en Bolivia todo está cerrado los domingos. Los domingos Bolivia duerme.
Y bueno, en fin, tuve que caminar casi un kilómetro hasta la estación de buses - con la mochila grande, las dos pequeñas y la nariz tapada. Llegué justo para abordar el bus de las 9h30 a Cochabamba.
Esta ciudad tiene un aire selvático pero no está en la selva, y mucho menos podría llamarse sierra. Otra vez muchas mujeres en pollera - es un sentimiento/estilo de vida.
La zona norte de Cocha es muy bonita; para mí una mezcla bizarra de los Everglades y Mérida rodeada de montañas verdes, oh y para sumarle otra cosa, un Cristo en el cerro San Pedro.
Cochabamba tiene su atractivo, eso que ni qué.
Un pequeño parentesis - ahora me gustan esos - Luis Urquieta aceptó hacer el videín para The Amazing Race Latinoamérica. Sólo tenemos hasta el 8 de febrero para hacerlo, me toca apresurarme al regreso a Lima.
Continuando con Cocha. Al fin comí el tan famoso pique de pollo boliviano. Apenas me lo pusieron sobre la mesa pensé: ¿y las tortillas? El pique podría ser fácilmente el relleno de cualquier taco. Es sabroso. Aunque no se convertirá en mi plato favorito.
Mañana iré a algún museillo y después a La Paz.
Los últimos días de mochileo boliviano llegaron. Qué penilla.
Dejé atrás Uyuni, con mucha tristeza mas tenía que continuar la ruta - ya tengo pasaje Arequipa-Lima para el jueves 21 en la tarde.
El viaje en tren hacia Oruro, toda una experiencia. Primero, tuvo una demora de casi 2 horas. Segundo, mientras que conectaban los vagones, otra hora más o menos. Y tercero, los vagones no tuvieron luz hasta el preciso momento de salir. Pero más allá de todo esto, apenas amanece, el paisaje es impresionante; sobretodo cuando el tren pasa sobre los cultivos, que justo en esta temporada se llenan de agua - es como pasar sobre un gran espejo de agua.
Al llegar a Oruro tenía la idea de ir al doble museo: Sacro, Folklórico, Arqueológico y Minero, pero no tenía cambio de un billete de 200.00 Bls - e increíblemente en Bolivia todo está cerrado los domingos. Los domingos Bolivia duerme.
Y bueno, en fin, tuve que caminar casi un kilómetro hasta la estación de buses - con la mochila grande, las dos pequeñas y la nariz tapada. Llegué justo para abordar el bus de las 9h30 a Cochabamba.
Esta ciudad tiene un aire selvático pero no está en la selva, y mucho menos podría llamarse sierra. Otra vez muchas mujeres en pollera - es un sentimiento/estilo de vida.
La zona norte de Cocha es muy bonita; para mí una mezcla bizarra de los Everglades y Mérida rodeada de montañas verdes, oh y para sumarle otra cosa, un Cristo en el cerro San Pedro.
Cochabamba tiene su atractivo, eso que ni qué.
Un pequeño parentesis - ahora me gustan esos - Luis Urquieta aceptó hacer el videín para The Amazing Race Latinoamérica. Sólo tenemos hasta el 8 de febrero para hacerlo, me toca apresurarme al regreso a Lima.
Continuando con Cocha. Al fin comí el tan famoso pique de pollo boliviano. Apenas me lo pusieron sobre la mesa pensé: ¿y las tortillas? El pique podría ser fácilmente el relleno de cualquier taco. Es sabroso. Aunque no se convertirá en mi plato favorito.
Mañana iré a algún museillo y después a La Paz.
Los últimos días de mochileo boliviano llegaron. Qué penilla.
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