vendredi, décembre 04, 2009

Couchsurfing à la alemana


Jueves 3 de diciembre, vaya jueves - aunque en realidad todo comenzó el miércoles en la tarde.

Como a las 16h00 me llamó George Tielmann para avisarme que recién salía del aeropuerto y que pronto estaría camino a mi casa. George, alemán, actor y mochilero compulsivo visita Latinoamérica por primera vez; su aventura empezó en México - donde se quedó en la casa de mi amiguín mexicano Luis Urquieta, que de hecho fue el que me preguntó si podría hospedar a a Georgie, el alemán en su paso por Lima.

Desde que nos conocimos nos llevamos muy bien, congenió inmediatamente con toda mi familia y con los amigos que le pude presentar en su tan fugaz paso por Lima - su destino actual es Arequipa, al parecer hizo un trato con un arequipeño - cantante/compositor/y algo más que ahora no recuerdo - para que le enseñe español por un mes mientras que George le enseña alemán.

El miércoles en la noche, casi 6 horas desde su llegada a Lima, salimos junto a mi hermano a comer anticuchos, picarones y chicha morada; le encantaron, lo cual fue genial porque son de mis platos preferidos. Durante la comida pudimos intercambiar historias de Alemania, Perú, mochileo mexicano y alguna que otra anécdota que tuvo cada uno con Luis, porque uno siempre tiene anécdotas con Luis.

Al otro día, el gran jueves, fue tiempo de locura - de la buena. Empezamos en el Centro Histórico - fuimos con Fiorella, Ofelia y mi hermano - desde la Plaza Mayor hasta el Museo de la Inquisición, pasando por las catacumbas del Convento de San Francisco y una parada espontánea en el Barrio Chino para comer algunos bocadillos, porque nos moríamos de hambre. Luego nos fuimos a Miraflores, a la Huaca Pucllana, una huaca de la Cultura Lima e importante por el sistema constructivo que fue utilizado ahí semejando un librero - consistía en ubicar los ladrillos de barro uno al lado del otro en hiladas como si fuesen libros en un estante en forma trapezoidal. Después de la huaca como a las 15h00 nuestros estómagos no soportaban más y fuimos a comer ceviche y tomar unos pisco sour, todo muy limeño obviamente - que también como era de esperarse George devoró con ansias y mucho gusto; la comida peruana es deliciosa, de eso no hay duda.

Ya por la noche fuimos a Help, un club bastante bueno que sólo abre los jueves; casualmente hoy viernes es el cumpleaños de una amiga mía llamada Giselle (Chell) y ella es fan a morir de Help - prácticamente va todos los jueves como misa - por lo que aprovechamos en celebrar su cumpleaños y mostrar a George un poco de la vida nocturna limeña. Pasamos unas horas geniales; tomamos una botella de Jagermeister entre los dos, bailamos reggae como posesos
y nos tomaron unas fotos un tanto graciosas al parecer; una noche entretenida en Barranco.

George fue un couchsurfer estupendo; un chico gracioso, locuaz, espontáneo y con un modo muy peculiar de ver la vida. Qué pena que tuviese que irse tan rápido, pero en Lima sólo estaba de paso. Definitivamente todo un personaje
con el que seguiré en contacto y con quien pasé un par de días muy divertidos en esta loca ciudad.

¡Prost!



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