mercredi, juillet 28, 2010

Grandeza holandesa [ Nederland ]

Photography by Miguel Ángel Ramírez

Vaya ciudad; Amsterdam es una pasada. Por donde se la vea es imposible decir algo terrible de la capital holandesa.

Pero antes de hablar de mis últimos días de viaje en Europa tengo que comentar algo muy rápido. La historia sucedió en Maastricht, al sur de Holanda. Aún estaba con el alemán. Clima lluvioso y nublado.

Maastricht es precioso, el pueblo de cuentito todo empedrado y casitas de piedra y madera, realmente encantador. Bueno, aquí me pseudo-pelée con Andreas, primero porque boté un par de baterías gastadas a la basura común (que lo sé, hice mal pero para mi defensa le pregunté primero a él si era correcto tirarlas ahí y él me respondió que sí al principio) y segundo porque no le dije antes que en Bruselas hay un antro gay en una catedral rehabilitada (es que recién me comentó su fetiche por edificios religiosos con nuevos usos). En fin, una tarde agitadita y para colmo fría por el clima.

Sin embargo, todo me valió poco y yo igual disfruté de ese par de días al sur de Holanda. De todas maneras se le pasó al rato y todo siguió de lo más normal.

Volviendo a Amsterdam. Mientras aún estaba en París comencé a buscar couch para cuando llegara pero nadie podía hospedarme porque o ya tenían gente o estaban viajando ellos mismos por Semana Santa, ¡horror! Mi última opción fue comenzar a buscar hostels. Contacté a un par de holandeses a través del manhunt - ¿por qué no? - y me dijeron que el Hans Brinker Budget Hostel debía estar bien, por lo menos muy bien ubicado sí estaba, en pleno centro de la ciudad.

Entonces llego a este lugarcito y ha sido de los peores lugares en los que me he tenido que quedar, a ese extremo, pero bueno, hay que ver lo positivo en lo negativo también ¿no?

Como estaba en el pleno centro todo me quedaba cerca, eso fue magnífico. El primer día platiqué unos momentos con mis compañeros de cuarto - lo que me bastó para descubrir que todos eran unos lelos y la gringa una ególatra, así que decidí dejarlos en su rollo.

En mi plan tontear por la ciudad, una bicicleta casi me atropella porque yo me pasé a la acera que no era peatonal; pasé por el Distrito Rojo y noté que no todas las prostitutas holandesas son como modelos - vi gorditas, feas, y un par que parecían hombres; aproveché en comprar un par de libros usados; comí en el parque y pude disfrutar un poco de me-time.

Ya en la tarde quedé con Martin - uno de los que me recomendó el hostel. Mientras lo esperaba pude hablar con la recepcionista, una holandesa rubia como de mi edad que había pasado medio año en América del Sur. Me dijo que Perú le encantó y que de hecho fue ahí donde pasó más tiempo total de su viaje. Entonces llega Martin. Nos vamos por ahí y normal, tampoco me cayó mal pero fue X. El fue el primero en el club de los Grandes.

El segundo lo conocí al otro día en mi ruta tonteo día dos. De este no me acuerdo el nombre, sólo que estaba Grande - espero que estén entendiendo el sentido de todo esto porque sino tendré que escribirlo en francés. Bon, les 3 Grands Bites.

Y el último es Andre Koene, el otro holandés del manhunt. A él sí lo quería conocer - completamente mi tipo; alto, rubio, cachas, bonito. Pudimos quedar para tomar un par de cervezas por el hostel en la noche. Apenas llegó detestó el Hans y se disculpó casi toda la noche por haberme llevado a ese lugar. A tal nivel que me ofreció quedarme en su casa esa última noche en Amsterdam - igual estábamos calientes el uno por el otro, ese fue un gran motivo para invitarme a su casa también pero no me quejo. La casa de Andre era perfecta, un buen tamaño para una persona, con todos los artefactos necesarios y una buena elección de comida, haha, un poco pija, tal como yo la compro. La pasamos muy bien.

En resumen, la pasé genial en Amsterdam. A ver si vuelvo para Año Nuevo, no estaría mal.


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