vendredi, octobre 16, 2009

Depresión, Gringolandia, Tierras Chilangas, términos Baylyseanos y una pizca de Gran Hermano

La vida en Lima luego de pasar una larga temporada en otra ciudad siempre me deprime un poco, no porque no encuentre mi ciudad interesante, compleja y con mucho arte y cultura que ofrecer, mas bien porque las ansias que siento de querer regresar se evaporan el momento que piso tierras limeñas.

La primera vez que viví fuera de Perú - 2005 en Nueva York - extrañé más a mis amigos y familia que la ciudad en sí. La Gran Manzana me brindaba mucho, sobretodo para alguien como yo que es adicto a la lectura, los musicales, el diseño, al arte y por qué no, a los chicos guapos también, y en Nueva York abundan que hasta sobran pero bueno regresemos a lo importante; en el norte del continente me sentía bien, leía como no había leído antes - sobretodo porque vivía engañado con lo "barato" de los libros, que si lo convierto a moneda local es prácticamente el mismo precio - aunque igual más barato que en Perú - pero como ganaba en dólares, pagar 7.99 por un libro me parecía demasiado bueno y ese año arrasé con todo libro interesante o semi-interesante que aparecía delante de mí. El salir a la hora que quería y tener siempre opciones también era lo mejor porque yo puedo ser muy indeciso cuando quiero y lo bueno era que siempre hay algo más que hamburguesas en esa ciudad. Y por supuesto no podía olvidarme de los reality shows; lo sé pero mi ser llora por verlos, ese año lo marcó Big Brother 6 y Survivor Guatemala, era la primera vez que los veía y simplemente me volvieron adicto - ahora soy feliz viendo Survivor Samoa y The Amazing Race 15 - Gringolandia a la máxima potencia.

La segunda vez fue en México D.F. Una de mis ciudades favoritas ahora; definitivamente el DF tiene mucho que ofrecer a los ávidos de cultura, arte, música, paisajes e historia, es una ciudad que nunca defrauda. Este mes cumplo 3 meses de mi regreso de tierras chilangas y aún no lo proceso, mi depresión más que por no estar allá - que igual quisiera estarlo - es por la diferencia entre sociedades. Mi situación en México fue bastante cómoda, iba a clases por las mañanas a la UNAM, por las tardes trabajaba en Cabeza Arquitecto Paisajista y Asociados y ya por las noches exploraba la ciudad; lo bueno de esa ciudad es que siempre hay a dónde ir y sobretodo asequible al bolsillo universitario. Tengo muy buenos amigos en esa ciudad que extraño todos los días - aunque casi la mitad no son mexicanos y ya están en sus ciudades de origen - me costó regresar a Lima la Gris, no imaginan con cuánta pena lo digo pero es la verdad, esa fue la Lima que me recibió luego de casi un año de no verla. El último mes en México extrañé mi ciudad, por muchas razones, una que también en Lima hay espacio para la comunidad homosexual actual porque lo hay pero aún me choca el cambio otra vez. Realmente me causa tristeza que nuestra sociedad sea tan hipócrita o simplemente decida no decir nada para no crear conflicto que ya existe igual ¿por qué nos engañamos? Pero bueno, las clases debían amortiguar mi gran regreso a la ciudad de los turrones y procesiones (lo digo por ser octubre, los calificativos varían según el mes) mas no lo han logrado. En estos tres meses he pasado por mucho, desde la mejor de las experiencias en esta segunda mitad del año - poder participar en un workshop con la IUAV de Venecia sobre arquitectura en el desierto con 10 italianos y un buen grupo de estudiantes de arquitectura peruanos - hasta una gran muestra de ingratitud por parte del decano de mi escuela y unas ganas de joder (porque esa es la palabra) por parte de gente X que no tiene nada mejor que hacer que juzgarte porque les da la gana.

Aunque también el regresar a Lima es entretenido en el sentido que esta ciudad sigue cambiando rápidamente, mucho; con suerte lo hará para bien solamente pero quizá es esperar mucho ¿no? Pues igual espero lo haga.

La depresión post-retorno amenaza con no irse aún y quizá yo también le esté dando cabida pero es lo que hay; es la razón por la que sigo contando las semanas para que termine el año y pueda irme otra vez, no porque deteste Lima, que no la odio para nada, para nada mas porque necesito aire nuevo, mi personalidad y costumbres lo piden a gritos y es lo que quiero.

Pero por el momento trataré de disfrutar lo que pueda y seguir leyendo (y viendo Gran Hermano 11 España, soy adicto, lo sé). Hace un par de días terminé El cojo y el loco de Jaime Bayly, me hizo reír mucho; no sé si todos son partidarios del humor Baylyseano, a mí me causa gracia su humor crudo, directo, jocoso sería mejor para describirlo. Un relato que para mí trata de centrarse en la redención, que aparece al final del libro sobretodo, primero para el loco Pancho y luego para el cojo Bobby (que realmente sería difícil creer que un personaje como él pueda encontrar la redención pero como podemos apreciar en nuestros días la muerte lo puede todo) Como se trata del primer libro de Jaime Bayly que realmente termino de leer no siento que pueda opinar mucho sobre él, aún. Ayer comencé a leer No se lo digas a nadie; voy por la mitad y hasta ahora va bien, un poco difuso todo por la forma narrativa pero igual que en El cojo y el loco un humor crudo y momentos en la vida de Joaquín con los que yo por lo menos siento cierta empatía. Apenas lo termine daré mi opinión - hasta ahora sigue bien. Pero antes de irme unas líneas de Bayly:

"...se montaba sobre ella y la penetraba sin compasión, profiriendo las más gruesas obscenidades, insultándola, poniéndola en poses innobles, ignorando que llevaba un hijo en el vientre, dándole y dándole porque para eso había nacido el cojo, para culear y tirar tiros, para ser una bala perdida, carajo, y este culo es mío y yo me lo como cuando quiera, mientras la pobre Dorita aguantaba y rezaba con los ojos cerrados y decía: Señor, si esto es lo que Tú me has enviado para probar mi fe, te doy las gracias y te amo y soy tu sierva y esclava y me merezco todos los sacrificios que Tú dispongas para mí, todo y mucho más. Así se pasaron esos meses del embarazo: el cojo tirándose a Dorita y ella entregándose sin reservas al gran amor de su vida, que por supuesto no era el cojo sino Dios Nuestro Señor."

BAYLY, Jaime, El cojo y el loco, pags. 142-143

Y un mensaje final a los Nagoristas: Que os den por culo.


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