mercredi, août 18, 2010

Meses defeños

México, lindo y querido...

Esta vez mi paso por este gran país fue corto, o por lo menos más corto que la última vez. Fueron 4 meses bastante cargados; no sólo de trabajo y reencuentros pero también de descubrimientos importantes.

Al principio tenía muchas dudas sobre regresar y establecerme por un período tan fugaz mas las ganas de seguir en movimiento me vencieron e inevitablemente terminé en el DF otra vez.

Debo admitir que este año he tenido mucha suerte. Desde trámites a discusiones de dinero; no me puedo quejar. Sin embargo, esta parada en mi rumbo a Bélgica me ha dejado mucho: a pensar, construir, mediar y re-evaluar. A veces lo más trágico es lo más necesario para despertar de una buena vez y tratar de ser más humilde - quizá suene muy dramático, después de decir que este año he tenido mucha suerte, pero hay ciertos hechos que por ahora omitiré porque no siento que sea el momento para mí de dejarlos plasmados en el ciberespacio. Sólo diré que la vida realmente da muchas vueltas y la mía tiene ganas de dar unas mil más.

Estos meses defeños fueron buenos de todas formas. En el trabajo aprendí mucho; ¡gracias Eduardo! además de ser uno de los mejores jefes es un gran amigo, no sé qué habría hecho sin él esta vez, te quiero mucho Edu... Sabes que siempre agradeceré tenerte como amigo. Luego, en cuanto a lo "social", hubo un par de rifirafes por ahí pero nada que una buena conversación no pueda solucionar. Pude estar de nuevo con Charlie, Fabiola, Luis, Carmen, y unos cuantos nuevos personajes aparecieron en mi mundo: Hanne, una belga curiosa a la cual conoceré más en Bruselas; Katrin, la alemana con acento de mexicana fresa; Miriam, ¡cómo te voy a extrañar, niña!; Marte, en serio una de las mejores personas que conocí esta vez en México ¡te quiero!; y René, el alemán que justo ahora debe tener aún 9 meses más de vacaciones, espero verte en mayo, tengo mucho que contarte aún...

En general estos días fueron muy bien aprovechados. Ya prácticamente estoy habituado a los contrastes que la vida me avienta a la cara; igual me sorprenden, a veces me hacen llorar o me vuelven paranoico pero nada que no pueda controlar. Mientras tenga tiempo para meditar las cosas solo y con tranquilidad todo irá bien.

En dos días vuelo a Bruselas. Todo está listo para instalarme por un buen tiempo en aquella ciudad.

Suerte, no me abandones ahora...


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