Vaya noche; de música, drama y un poco de freakshow, o sea, lo mejor de lo mejor de las noches bruselenses.
Comencemos; por si no lo había comentado antes, la australiana de mi kot es un personaje raro, ya catalogada así por otra de mis compañeras de casa. Y yo creo que tienen que darnos razón. Si yo pensaba que podía ser un fantasma en mi casa, Milie me gana con creces - sobretodo porque es un fantasma que no limpia y que de vez en cuando deje sorpresas en el WC, aunque ya se le haya dicho algo al respecto - un asco, madre mía! Pero bueno, ella vive su vida y parece que no está mala aunque a veces nos diga lo contrario.
Luego, Rocco, nuestro compañero de kot milanese nos abandona este domingo, regresa a Italia a hacer un doctorado en la Universidad de Bologna y realmente todos estamos muy tristes porque se va. Sin embargo, ayer me enteré - en realidad confirmé - que había tenido una que otra aventurilla con otras chicas - porque tiene novia - y bueno, quién soy para juzgarlo... si lo hace debe ser por algo... te extrañaremos Rocco!
Pero la guinda del pastel llegó más tarde, en la fiesta de despedida de una amiga de la casa. Cuando ocurrió el beso, luego prometo que lo cuento mejor, por ahora sólo debe quedar en eso, no quiero interferir en lo que podría pasar en las próximas dos semanas. En serio que vivo en un culebrón belga, wow.
En realidad ocurrieron muchas cosas, mejor las enlisto:
- A la australiana le importamos un pelo.
- Rocco se va y dejará unos cuantos corazones rotos.
- Ale Alejandro, un ex-compañero de kot vino a Bruselas por el fin de semana.
- Buscamos nuevo flat-mate.
- Conocí a un Miguel murciano.
- Llegó el beso.
- Conocí a Lorenzo, el hijo del embajador italiano en Bruselas - una historia de David.
- Descubrí que vivo en The Real World Brussels.
- Y, si quieren escuchar música italiana de los 80´s pueden ir a The Gentleman's, cerca a La Bourse.
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