Don Luis,
Supongo que ya era hora de escribirte algo ¿no?
Comenzaré mencionando que me reí mucho leyendo tu carta - la risa no quiere decir que no me conmoviera leyéndola porque me encantó, me hizo recordar tiempos mexicanos, aventuras chilangas y yucatecas. Muchas gracias por el tequila también, te prometo lo beberé pronto, con limón y sal por supuesto.
Yo también te extraño mucho, también a Murz, a Rocío, extraño a mucha gente, extraño México, aquel país lleno de contrastes y extrañezas, el país surrealista.
Definitivamente este año quedó marcado por tierras mexicanas, revolucionarias y a veces paradójicas - quizá una descripción de Latinoamérica hasta cierto punto, aunque las similitudes entre pueblos en este lado del continente a veces son inevitables.
Sabes que la primera impresión que tuve de ti fue curiosa - bueno, además que venía sesgado por lo que Ana me había contado de ti, y recuerda que en esos tiempos ella por alguna razón pensaba que tú eras gay, de hecho te lo dijo como 3 veces si no recuerdo mal, qué gracioso. Pero bueno, continuemos, lo primero que proyectas es cultura, créeme; por un momento llegué a pensar que quizá tú sabías más sobre Perú que yo, lo pensé. Y luego también proyectas espontaneidad - es justo aquí donde encuentro la curiosidad porque estudias derecho y para mí los abogados normalmente no son tan espontáneos pero bueno.
Luego llegaron nuestros tiempos mochileros, en los que por momentos pudimos ser un película de Almodóvar: una española, un mexicano y un peruano explorando la Península Yucateca, una historia de aventuras, pasión, desenfreno y la ocasional ira, definitivamente toda una obra cinematográfica.
Sé que tendré un amigo en México siempre, adicto a las aventuras y a mostrar su gran ciudad. Estaría genial que me acompañaras en mi nueva aventura por tierras incas, desde Lima hasta Cusco - mi mochila está impaciente por emprender el viaje. Supongo nos veremos en Bélgica, sabes que tendrás a tu gran amigo peruano esperándote cuando quieras ir al país del waffle.
Gracias de nuevo por todo, me enseñaste mucho, no sólo de México, sino que de ti, de tu familia, de tus amigos y de tu forma de ver la vida, que espero no la cambies porque es genial.
Te quiero mucho y nos mantendremos en contacto vía la blogósfera; pronto este pequeño espacio en la red se volverá blog de viaje, muy pronto.
Supongo que ya era hora de escribirte algo ¿no?
Comenzaré mencionando que me reí mucho leyendo tu carta - la risa no quiere decir que no me conmoviera leyéndola porque me encantó, me hizo recordar tiempos mexicanos, aventuras chilangas y yucatecas. Muchas gracias por el tequila también, te prometo lo beberé pronto, con limón y sal por supuesto.
Yo también te extraño mucho, también a Murz, a Rocío, extraño a mucha gente, extraño México, aquel país lleno de contrastes y extrañezas, el país surrealista.
Definitivamente este año quedó marcado por tierras mexicanas, revolucionarias y a veces paradójicas - quizá una descripción de Latinoamérica hasta cierto punto, aunque las similitudes entre pueblos en este lado del continente a veces son inevitables.
Sabes que la primera impresión que tuve de ti fue curiosa - bueno, además que venía sesgado por lo que Ana me había contado de ti, y recuerda que en esos tiempos ella por alguna razón pensaba que tú eras gay, de hecho te lo dijo como 3 veces si no recuerdo mal, qué gracioso. Pero bueno, continuemos, lo primero que proyectas es cultura, créeme; por un momento llegué a pensar que quizá tú sabías más sobre Perú que yo, lo pensé. Y luego también proyectas espontaneidad - es justo aquí donde encuentro la curiosidad porque estudias derecho y para mí los abogados normalmente no son tan espontáneos pero bueno.
Luego llegaron nuestros tiempos mochileros, en los que por momentos pudimos ser un película de Almodóvar: una española, un mexicano y un peruano explorando la Península Yucateca, una historia de aventuras, pasión, desenfreno y la ocasional ira, definitivamente toda una obra cinematográfica.
Sé que tendré un amigo en México siempre, adicto a las aventuras y a mostrar su gran ciudad. Estaría genial que me acompañaras en mi nueva aventura por tierras incas, desde Lima hasta Cusco - mi mochila está impaciente por emprender el viaje. Supongo nos veremos en Bélgica, sabes que tendrás a tu gran amigo peruano esperándote cuando quieras ir al país del waffle.
Gracias de nuevo por todo, me enseñaste mucho, no sólo de México, sino que de ti, de tu familia, de tus amigos y de tu forma de ver la vida, que espero no la cambies porque es genial.
Te quiero mucho y nos mantendremos en contacto vía la blogósfera; pronto este pequeño espacio en la red se volverá blog de viaje, muy pronto.
1 commentaire:
Miguel, gracias por la entrada, es un honor leer una carta-bloguera.
Me cuesta trabajo creer que la carta que te escribí de puño y letra fue hecha en menos de 24 horas; ya la leíste, y quizá, ya hasta te terminaste la botella jajaja.
Es curioso que contigo y con Murz viví mis primeras experiencias de couchsurfing que tanto te gustaron y ahora hasta te envie gente buena desde la Ciudad de México. Sinceramente creo que Georg ha sido el mejor couch surfer que he recibido por lo que, con toda sinceridad, cambiará tu visión adquirida después de haber recibido a ese queretano rata.
Me encantaría ir a Bélgica y a Italia. Quizá por ahora sea difícil. Pero cuando estés allá te puedo conectar con algunos buenos amigos, ya sea en las ciudades italianas de Roma, Torino o Ischia. O en Bélgica en Flandes y Bruselas.
Y siempre te lo dije, para mi Perú es la joya de sudamérica. Siempre estaré dispuesto a volver y recorrer desde el Manu hasta la punta de los Andes.
Un abrazo fuerte.
Por cierto, nadie te ha desbancado como campeón de improvisación (por ahora...)
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